Era un David contra Goliat y finalmente ganó el más grande. El Girona remó y remó para irse del Parque de los Príncipes con un punto de oro. Sin embargo, los de Míchel acabaron por morir en la orilla.
Fue un debut histórico para el club catalán en la Champions League y casi se cierra con gesta. En su lugar le esperaba un cruel desenlace que no amarga del todo una jornada de lo más especial. El Girona se estrenó en la Champions cayendo de pie contra el poderoso PSG de Luis Enrique y además lo hizo con un error grosero de su portero, Paulo Gazzaniga, quien acabó en el purgatorio tras haberse vestido de héroe durante todo el encuentro.
Los rojiblancos vieron como todos sus esfuerzos acabaron siendo en vano al tragarse el argentino un tiro con poco peligro de Nuno Mendes en el 90’, un final trágico que no empaña el premio de disputar por primera vez la máxima competición continental.
Habrá ocasión para redimirse, pero de momento el Girona se queda con sus buenas sensaciones y con tener a una de las aficiones más entregadas de la competición.
