Ballon D’Or
Ballon D’Or

De Sir Stanley Matthews a Karim Benzema, todo lo que necesitas saber del Balón de Oro

Fútbol Héctor Alcaraz octubre 30, 2023

Desde su concepción hasta la actualidad la historia del Ballon D’Or nos ha dado toda clase de momentos y ganadores. En OlyTV te ponemos en contexto sobre el desarrollo a través de todas las épocas del premio individual más prestigioso del fútbol mundial, el que consagraba al mejor futbolista del mundo en el año hasta 2021 y que desde 2022 lo hace al mejor futbolista del mundo en la temporada.

El Ballon D’Or, una invención de France Football para la posteridad del juego

La leyenda del Ballon D’Or se gestó en la redacción de France Football, la publicación nacida en 1946 originalmente como un bisemanario. La iniciativa propuesta por el periodista y editor Gabriel Hanot -también promotor, junto a L’Equipe y el Real Madrid, de la creación de la Copa de Campeones de Europa- se materializó en 1956 para reconocer al mejor futbolista europeo del momento que tuviera participación en un contexto internacional, de esta manera el premio se instauró oficialmente como Trophée du footballeur de l’année à l’étranger, aunque poco después prevaleció la denominación de Ballon D’Or, por la imagen del trofeo.

El jurado que designaba al vencedor estaba integrado por 16 periodistas procedentes cada uno de una federación afiliada a UEFA, para garantizar la imparcialidad de la elección. Cada periodista gozaba de cinco elecciones, cuyas puntuaciones iban de uno a cinco según el orden de elección, es decir, al primer futbolista elegido le correspondían cinco puntos, mientras que al quinto, uno.

De Stoke-on-Trent para Europa… Sir Stanley Matthews abrió el histórico de vainqueurs

Para sorpresa de algunos, el primer Ballon D’Or no consagró a ningún integrante del Real Madrid ganador de la primera Copa de Europa, justamente la de la temporada 1955/56. Para la edición pionera, el galardón le sería otorgado a un futbolista que a nivel colectivo no conquistó ningún título en aquel 1956, el veterano extremo derecho del Blackpool, Stanley Mathews.

La condecoración a Matthews fue, en cierta medida, un reconocimiento a la nobleza de su trayectoria dentro del juego, más que a su excelencia futbolística. El futbolista de Stoke, además de ser un virtuoso del dribbling, lo que le valió el mote de “El mago del regate”, labró a lo largo de su carrera una imagen muy apegada a los valores del fair play, nunca fue expulsado, ni siquiera reconvenido de palabra en ninguno de sus 710 partidos de liga jugados.

Teniendo en cuenta su deportividad, Hanot se refería a Matthews (47 puntos en la votación, por 44 de Alfredo Di Stéfano y 33 de Raymond Kopa) en los siguientes términos en la edición 561 de la revista (18 de diciembre de 1956), aquella en la que el internacional inglés de 41 años fue anunciado como ganador:

“Imperturbable, impasible, con el rostro inmóvil, salvo cuando está marcado por el esfuerzo, Stanley Matthews no ríe, pero hace reír al estadio entero. Es, a su forma, un clown genial, el Charlie Chaplin del fútbol. Ningún jugador es más disciplinado: cuando es golpeado por un oponente, se levanta, sea sancionado o no, sin protestar, sin gesticular, sin signos de irritación ni descontento”.

Sir Stanley Matthews (Stoke-on-Trent, 1 de febrero de 1915 – Stoke-on-Trent, 23 de febrero de 2000) desarrolló su carrera como jugador entre 1935 y 1965, cuando se retiró en su club natal, Stoke City, a la edad de 50 años. En el ámbito de clubes, Matthews ganó la segunda división inglesa con el Stoke City en las temporadas 1932/33 y 1962/63 y la FA Cup 1952/53 con el Blackpool, al tiempo que marcó 11 goles en sus 54 internacionalidades con la selección de Inglaterra, siendo mundialista en Brasil 1950 y Suiza 1954, y ganando nueve ediciones de los British Home Championships. Hasta la fecha sigue siendo el único futbolista en obtener la distinción de Caballero del Imperio Británico estando aún en activo. Una trayectoria como jugador tan longeva como legendaria.

Alfredo Di Stéfano, el superclase que cambió las leyes del premio

Si en la edición inaugural ya se había quedado a sólo tres puntos de la distinción, 1957 finalmente iba a condecorar al absoluto dominador de la época, Alfredo Di Stéfano. El argentino nacionalizado español fue en 1956, por segundo curso consecutivo, el goleador y la cara más visible del Real Madrid, campeón de Europa por segunda ocasión sobre dos disputadas, derrotando en la final a la Fiorentina por 2-0 en el Santiago Bernabéu, con el primer tanto obra del surgido en River Plate.

Para el ejercicio 1957/58, Di Stéfano volvería a dejar constancia de su idilio con la red, marcando diez goles en la trayectoria europea del Real Madrid y uno en la final frente al Milan, el que igualaba transitoriamente el tanto inicial de Schiaffino, en un thriller que iba a terminar dando al Madrid en Heysel su tercera Copa de Europa, tras el 3-2 decisivo de Paco Gento en la prórroga.

Como inicialmente se determinó que un mismo futbolista no podía ser designado vencedor del premio en más de una ocasión, el Ballon D’Or 1958 correspondió a otro ilustre del Real Madrid, Raymond Kopa, de papel destacadísimo junto al bota de oro, Just Fontaine, en la Francia semifinalista del mundo aquel verano en Suecia. No obstante, era tanta la superioridad de Alfredo Di Stéfano en la época que France Football decidió ilimitar el número de conquistas para un futbolista a partir de 1959.

Aprovechando el cambio de normativa, Di Stéfano se iba a convertir en 1959 en el primer futbolista en consagrarse mejor jugador de Europa dos veces. Decisiva fue para ello la obtención de la cuarta Copa de Europa del Real Madrid, que al igual que en las dos ediciones anteriores vio a Di Stéfano erigirse como máximo realizador de la competición y por cuarto curso consecutivo anotar su nombre en la hoja de goleadores de la final (2-0), otra vez en el Parque de los Príncipes, otra vez, como en la definición de 1956 (4-3), ante el Stade de Reims.

Velocista, pillo en el regate y con un olfato goleador extraordinario, la Saeta Rubia se caracterizó también por su omnipresencia en el campo, lo mismo podía salvar una pelota en la línea que a la siguiente jugada aparecer en el área contraria para remachar una contra de su equipo. Eso sí, pese a su inestimable valor individual, Di Stéfano nunca dejó de reconocer que “ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.

Luis Suárez y Lev Yashin, especies únicas en su género

Ni Raúl, ni Xavi ni Iniesta. La premiación de 1960 trajo la primera y única consagración de un futbolista español. Luis Suárez Miramontes, el delantero gallego puntal de la selección española y del primer equipo que eliminó al Real Madrid en la historia de la Copa de Europa, el FC Barcelona de la temporada 1960-61.

La contribución de Don Luis en aquel Barça no sólo será recordada por aquella eliminatoria histórica de octavos de final ante los blancos, sino por su peso en la trayectoria del equipo de Helenio Herrera hasta la definición de Berna, que, no obstante, acabaría para el Barcelona con una derrota trágica ante el Benfica (3-2), en la llamada final de los palos.

Por otra parte, (casi) siempre se ha hablado de la falta de reconocimiento a la portería. Gordon Banks, Sepp Maier, Rinat Dazáyev, Jean-Marie Pfaff o, ya más en tiempos contemporáneos, Oliver Kahn (aunque sí ganó el Balón de Oro FIFA al mejor jugador del Mundial 2002), Gianluigi Buffon y Manuel Neuer son ejemplos de grandes exponentes del puesto de la soledad a los que les ha sido esquivo el Ballon D’Or.

Tenemos que remontarnos a los albores del premio, concretamente a 1963, para encontrar a un hombre de negro, nunca mejor dicho, en hacerse con la distinción de France Football. Hablamos de Lev Ivánovich Yashin, el legendario portero del Dínamo de Moscú, mundialista por la Unión Soviética en Suecia 1958, Chile 1962, Inglaterra 1966 y México 1970, y campeón de la Eurocopa de 1960 con aquel representativo nacional.

La araña negra sigue siendo hasta nuestros días el único portero electo por la revista, y ostenta un legado que le ha valido el honor de dar nombre a la categoría de mejor portero, en los premios que hoy en día se reparten en la gala anual de France Football. El premio Lev Yashin condecora al mejor portero del mundo desde 2019. Si no puede ser el premio general, al menos como portero puedes contar que has ganado la distinción que lleva el nombre del exponente más ilustre de todas las épocas en el arco.

Cruyff, Beckenbauer, Keegan, Rummenigge, Platini y Van Basten, los multi ganadores antes de la nueva era

Además de Di Stéfano, hasta seis futbolistas se proclamaron en más de una ocasión con el máximo título individual europeo en su vieja época. Franz Beckenbauer, Kevin Keegan y Karl-Heinz Rummenigge ostentan dos titulaciones, mientras que Johan Cruyff, Michel Platini y Marco Van Basten comparten el honor de haber ganado tres Ballon D’Or.

Curiosamente, Kevin Keegan no ganó el galardón cuando se consagró campeón de Europa con su Liverpool. El premio en aquel 1977 le correspondió a Allan Simonsen, extremo danés, figura del Borussia Mönchengladbach, precisamente el equipo al que los Reds derrotaron en el Olímpico de Roma en la definición de la citada Copa de Campeones de Europa. Las dos conquistas de Keegan, mundialista por Inglaterra en 1982, se produjeron en 1978 y 1979, ya en el Hamburgo.

En 1980 y 1981, la estafeta del trofeo pasaría a un célebre bomber alemán, Karl-Heinz Rummenigge. El legendario atacante del Bayern ganó la Copa de Campeones de Europa en las temporadas 1974/75 y 1975/76, la Euro de Italia 1980 con Alemania Federal y convirtió nueve goles en las tres Copas del Mundo que disputó con aquella selección, las de Argentina 1978, España 1982 y México 1986. En estas últimas dos fue fundamental para que Die Mannschaft alcanzara la Final.

Volviendo a los setenta, Alemania Federal y Países Bajos no sólo disputaron en 1974 una Final de Copa del Mundo con triunfo para la local por 2-1, sino que a nivel individual también estuvieron representadas durante toda la década por sus dos máximas figuras de todos los tiempos, Franz Beckenbauer y Johan Cruyff.

El neerlandés era la cara visible del fútbol de ataque del Ajax y la Naranja Mecánica, representaba el colorido y una manera revolucionaria de interpretar el juego y comandar su creación. Cruyff era el gran potenciador de las ideas alucinantes de Ștefan Kovács y Rinus Michels.

En cambio, el alemán era el temple que el defensor ideal debía tener; el timing en el marcaje y la elegancia en la salida, siempre contemplando el paisaje. Beckenbauer era el prototipo de líder que cualquier línea defensiva querría tener, el defensor de todos los tiempos.

En la inventiva de Cruyff recayeron las Copas de Europa del Ajax 1970/71, 1971/72 y 1972/73, las tres primeras del club ajacied. En cambio, el porte de Beckenbauer fue el sello de las Copas de Europa conquistadas por el Bayern en 1973/74, 1974/75 y 1975/76, las tres primeras de la entidad bávara.

Si al ámbito de clubes sumamos esa Final de Copa del Mundo, con ambos como protagonistas de sus selecciones, no es de extrañar, pues, que entre ellos se hayan repartido media década del Ballon D’Or. Cruyff, coronado en 1971, 1973 y, aún sin ser campeón del mundo, en 1974, mientras que Beckenbauer se erigió como el máximo futbolista europeo en 1972 y 1976.

Siguiendo con los tres veces ganadores, será exquisito referirnos a la repostería de Michel Platini, mediocampista ofensivo dueño de una categoría única. De él fue el gol que le dio a la Juventus su primera Copa de Europa, la de la temporada 1984/85, en una Final ante el Liverpool tristemente marcada por la tragedia de Heysel.

Un año antes, con Francia, también consiguió el tanto que abrió el marcador de la Final de la Euro ante España, el del recordado puente trágico de Arconada en el Parque de los Príncipes. Además, fue semifinalista del mundo en 1982 y 1986, y antes ya había disputado la Copa del Mundo de Argentina 1978, aunque sin Francia gozar de un gran protagonismo.

Su clase y su influencia en el ataque bianconero le llevaron a ser -después de Maradona- la referencia a la hora de hablar de la Serie A de los ochenta, una década en la que el fútbol italiano reunía a una gran pléyade de fuoriclassi. Ello le valió a Platini la obtención del Ballon D’Or 1983, 1984 y 1985, convirtiéndose en el único futbolista en ganar el premio tres veces seguidas, hasta que el monstruo se los comió a todos a partir de 2009.

Marco Van Basten fue el último gran ganador del Ballon D’Or, antes de su apertura al nuevo mundo en 1995. Portentoso ariete neerlandés de extracción ajacied, recordado por su variedad de recursos en la finalización y, hablando de finalización, por su volea a Rinat Dazáyev, para dar a Países Bajos su único gran título como selección, la tarde de la victoria 2-0 sobre la URSS, en la Final de la Euro 1988.

Igualmente, Van Basten se consagró como el killer del gran Milan de Arrigo Sacchi, campeón de Europa 1988/89 y 1989/90. Equipo adelantado a su época, que firmó óperas tan impresionantes como el 5-0 al Real Madrid, en la vuelta de semifinales de esa primera de dos Copas de Europa ganadas consecutivamente por aquellos Inmortales de Sacchi.

En el contexto de semejante ballet rossonero, Van Basten ganó los Ballon D’Or de 1988 y 1989, dos entregas especiales, cuyos podios estuvieron íntegramente conformados por jugadores del cuadro lombardo. Van Basten, Gullit y Rijkaard en 1988 y Van Basten, Baresi y Rijkaard en 1989. Un podio monopolizado no volvería a tener lugar hasta Messi, Iniesta y Xavi en 2010.

Lamentablemente, nunca sabremos lo que habría podido ser el Nuréyev del calcio sin las lesiones que lo fueron apartando a partir de la temporada 1992-93, sin embargo, aún así le alcanzó para ganar un tercer Ballon D’Or en 1992, aprovechando el excelente momento de forma del Milan en la Serie A, ya con el equipo a cargo de Fabio Capello.

George Weah y el comienzo de una nueva era

Nos situamos en el año de la Ley Bosmann. A partir de aquí, un futbolista que finaliza su vínculo contractual con su club es libre de elegir su futuro, y aquel que posea un pasaporte comunitario contará como local a efectos de cualquier competición y federación ubicada en el ámbito de la Unión Europea, aunque se trate de una en un país distinto al de su nacimiento.

Como vemos, 1995 fue un año de modificaciones legislativas que aceleraron la transformación del juego hacia como lo conocemos hoy en día. Y ello no sólo ocurrió en el marco del juego puro y duro, sino también en el marco del Ballon D’Or, que a partir de aquí permitió ganadores de nacionalidades no europeas, dejando un último requisito, que el vencedor se desempeñara en el ámbito de las ligas del viejo continente.

En esta tesitura, el primer premiado fue George Weah, el potentísimo atacante liberiano que, en el marco de la temporada 1995/96, llegó al Milan para substituir a Marco Van Basten. Weah, de paso célebre también por el Paris Saint-Germain, será recordado en San Siro por su gol al Hellas Verona, el 8 de septiembre de 1996. Controló ligeramente escorado a la derecha en su propia área y desde ahí comenzó a surcar a través del verde, eludió a tres jugadores y cruzó al arquero, ya dentro del área contraria. Alarde de exuberancia y uno de los goles más recordados de siempre en el calcio italiano.

Y ya puestos a hablar de exuberancia, tenemos que referirnos a Ronaldo Luís Nazário de Lima, uno de los nueves más completos de todas las épocas, aún con sus desgarradoras lesiones de rodilla. El brasileño, llegó al Barça en el verano de 1996, procedente del PSV Eindhoven, y  con sus 47 goles en todas las competiciones refrendó su condición de piedra angular del proyecto de Bobby Robson.

Sus goles en Compostela y contra el Valencia, entre otras explosiones, son especialmente recordados hasta hoy en el Camp Nou, un escenario que sólo disfrutó un curso de la magia del surgido en el Cruzeiro. Los alardes del brasileño en la segunda parte de la temporada 1996/97 (campeón de la Copa del Rey y la Recopa de Europa), aunados a lo hecho en el Inter de Milán durante el primer semestre de la 1996/97, le valieron el Ballon D’Or 1997.

La anterior no sería la única condecoración que recibiría Ronaldo por parte de France Football, ya que en 2002 volvió a llevarse el máximo premio individual, tras hacerse por segunda vez con el trofeo colectivo que todo futbolista ansía, la Copa del Mundo, ahora jugando un rol protagónico con sus ocho goles en Corea y Japón (Bota de Oro), contrario al testimonial que había tenido ocho años atrás en Estados Unidos.

Para 1999 la “R” cambió y pasamos de Ronaldo a Rivaldo, el crack que mantuvo la ilusión en el Camp Nou, una vez efectuada la salida del Fenómeno al Inter. Rivo, mediapunta completísimo, inventivo, de extraordinario dribbling, golpeo implacable con ambos perfiles y de todas las distancias, gran remate de cabeza, resolutivo en situaciones límite… podríamos pasarnos hasta el año que viene enumerando las virtudes del elegido en 1999, ganador ese año de la Liga con el Barça y de la Copa América con Brasil, donde también tuvo un papel preponderante. A posteriori, también ganó la Copa del Mundo de 2002 y para siempre será recordado en Can Barça por su chilena al Valencia para dar la clasificación a la Copa de Europa 2001/02.  Un mago para muchos infravalorado.

Aquí ya vemos cómo en estos primeros años de la apertura del Ballon D’Or a futbolistas no europeos comienza a predominar Brasil. Pues ya entrado el nuevo siglo, dos erres más del Scratch campeón del mundo en 2002 van a ser consagradas: Ronaldinho y Ricardo Izecson Dos Santos Leite “Kaká”.

El primero fue la sonrisa que el Barcelona necesitaba, luego de tres cursos de travesía por el desierto, a raíz del Caso Figo. Ronaldo de Asis Moreira no sólo trajo la aclaró el oscurantismo del Barça, sino que se convirtió en la eterna sonrisa del fútbol mundial, entregando todo tipo de detalles. Ronaldinho fue un alud de controles, fintas, regates, golpeos y golazos que le llevaron a hacerse con la distinción en 2005, antes de ganar dos ligas y la segunda Copa de Europa del club en 2006. Una pena que un futbolista con ese repertorio técnico, y sobre todo la manera como lo exponía, se haya mantenido relativamente pocos años a esa nivel. Eso sí, esos “pocos años” bastaron para hacer disfrutar a la pelota inmensamente.

Por su parte, Kaká se consagró en el Milan y en Brasil como un gran intérprete del juego ofensivo de sus equipos. Riquísimo técnicamente, de muy potente llegada desde segunda línea y con mucho gol, Kaká fue pieza fundamental de la coronación del Milan campeón de Europa en 2007 (Heinze y Evra se acuerdan), que culminó con la vendetta rossonera frente al Liverpool en Atenas. Esa influencia en el juego de ataque del equipo de Ancelotti le hizo merecedor del Ballon D’Or 2007, el último antes de la era Messi – Cristiano.

Aunque, como ya hemos visto, futbolistas de otras partes del mundo -predominantemente Sudamérica y concretamente Brasil- pasaron a discutir la hegemonía del premio, también siguieron surgiendo desde Europa ganadores brillantes del Ballon D’Or. Zidane y Figo, los casos más destacados.

Zidane, dueño de una plasticidad exquisita en todas las acciones técnicas, creador excepcional y gran finalizador cuando pisaba área, como lo atestigua la zaga del Bayer Leverkusen. Se consagró campeón de Italia con la Juventus, además de campeón y mejor jugador del mundo en Francia 1998, lo que le dio casi que en automático su primera y única pelota dorada. Si alguien necesita un manual de control – pase, ahí lo tienen a Zizou, un fantasista de todas las épocas.

Figo, en cambio, no era tan dulce como Zidane, pero tenía una influencia en el juego de ataque tremenda en sus equipos, ya fuera jugando escorado a banda diestra, como generalmente lo hacía, o en una posición más centrada. Su buen manejo de los dos perfiles lo hacía un futbolista que podía buscar línea final, o bien cortar hacia el centro para intentar golpeo.

Su maravillosa temporada 1999/00 y su papel destacadísimo con la selección de Portugal en la Euro 2000, además de las luces mediáticas arrojadas por su muy controversial traspaso del Barça al Madrid, le dieron a Luis Felipe Madeira Caeira el Ballon D’Or en aquel año.

El dominio de Messi y Cristiano

Época de cismas en la historia del Ballon D’Or. El nombramiento de Cristiano Ronaldo, vencedor de la Champions League con el Manchester United, comenzaría más de un decenio de pugna entre el portugués y un Lionel Messi que antes ser consagrado en 2009 ya no era alguien emergente, pues fue balón de bronce en 2007 y de plata en 2008.

Si antes Maradona no había podido ganar el Ballon D’Or por sólo estar en consideración futbolistas europeos, Messi iba a darle a Argentina esas condecoraciones que no tuvo con el Pelusa ni con Di Stéfano (lo ganó como español). ¡Y vaya, de qué manera lo iba a conseguir!

Platini había sido en 1983, 1984 y 1985 el único futbolista en ganar el premio tres veces consecutivas, sin embargo, Messi iba a dejar atrás aquel guarismo, con la conquista de cuatro al hilo entre 2009 y 2012. Luego de esos cuatro iniciales, el astro desarrollado en La Masia ganó las ediciones de 2015, 2019 y 2021. Siete en total, que lo colocan como el futbolista más condecorado jamás en la historia del premio, a la espera de lo que suceda esta noche en el Théâtre du Châtelet de París, donde podría sumar un octavo.

El rosarino se sirvió de un amplísimo repertorio técnico, de sus cambios de ritmo eléctricos, sus conducciones frenéticas con la pelota cocida al pie, la manera voraz de gambetearlos a todos en sus slaloms, su passing milimétrico y su tremendo poder de cara a gol para demostrar que ya en su juventud era el absolutamente mejor jugador del mundo, ganara o no ganara una Copa de Europa, ganara o no ganara una Copa del Mundo.

Por su parte, si lo de Messi fue más virtud divina (aunque quien diga que no trabajó miente) lo de Cristiano Ronaldo fue la oda al trabajo dentro del juego. Con un temperamento controversial, que no lo hizo precisamente amigo de todos, el surgido en el Sporting Clube de Portugal no perdió un solo segundo para potenciar sus cualidades y, a partir de ahí, meterse a competir con Messi por el gobierno de la élite del juego.

Esa ambición -algunos dirían personalismo-, su extraordinaria pegada con ambos perfiles y un remate de cabeza portentoso, pero sobre todo teniendo la red entre ceja y ceja, el goleador histórico del Real Madrid, que físicamente dominó el juego como pocos, fue consagrado mejor futbolista del mundo en 2008, 2013, 2014, 2016 y 2017.

En la actualidad, cuando ya superan la barrera de los 35 años, los nombres de estos genios siguen aún vigentes. Sin ir más lejos, esta noche Messi podría ganar su octavo entorchado, el que le reconocería la obtención al fin de su Copa del Mundo. Asombroso. De Cristiano Ronaldo tampoco se puede descartar nada, pues igualmente jugando en una liga muy menor, la ambición del que disputará el próximo verano su sexta Eurocopa puede llevarle a superar cualquier límite, aún rozando ya la cuarentena de años. Sea como sea, esta época será recordada como la de la confrontación entre el mejor jugador de todos los tiempos y el mejor profesional de todos los tiempos.

La fusión con FIFA y las polémicas

En 2010, France Football y FIFA llegaron a un acuerdo para fusionar el Ballon D’Or y el FIFA World Player, dos premios diferentes, pero que certificaban lo mismo, el mejor jugador del mundo. De esta manera, en 2010 nace el FIFA Ballon D’Or, que eliminó la restricción de jugar dentro del ámbito europeo (aunque igualmente era imposible ganarlo jugando fuera de UEFA) e implementó nuevas categorías como mejor jugadora, mejor entrenador y entrenadora, premio Puskás al mejor gol del año, XI FIFPro, la Distinción Presidencial y el premio Fair Play.

Cabe destacar la polémica suscitada en 2010, cuando Messi se convirtió en el primer jugador en recibir el premio en año de Copa del Mundo sin haberla ganado. Una gran parte de la prensa y los medios de comunicación clamó contra la elección, al considerar que Andrés Iniesta, Xavi Hernández o Wesley Sneijder eran merecedores del premio sobre el argentino.

Por otra parte, en 2013 se alargó la votación más allá del periodo inicialmente estipulado por la organización, para que pudiera tener lugar la disputa de la repesca mundialista entre Portugal y Suecia. Tras el hat-trick de Cristiano Ronaldo en el partido de vuelta en Estocolmo, el premio recayó en el portugués, en detrimento de Frank Ribéry, pieza fundamental del triplete del Bayern de Heynckes.

Y ya más en nuestros días, en tiempos en los que el premio ya ha vuelto a ser jurisdicción única de France Football (en 2015 acabó el acuerdo con FIFA), tampoco se ha visto a nadie criticar el hecho de que se cancelara la designación en 2020, so pretexto de Covid-19. Aquel 2020, Robert Lewandowski alcanzó registros goleadores pocas veces vistos y fue la cara visible del triplete del Bayern de Flick. Es cierto que, por motivos de pandemia, la gala podía cancelarse, pero la designación no tenía por qué anularse.

Modric y Benzema, quebrantadores de la hegemonía

De 2008 a la actualidad, sólo dos futbolistas se han atrevido a discutir la hegemonía de Messi y Cristiano Ronaldo en la entrega del Ballon D’Or, ellos son Luka Modric y Karim Benzema. El croata fue fundamental en la consecución de la tercera Champions League consecutiva del Madrid de Zidane y en la trayectoria de Croacia hasta la Final de la Copa del Mundo de Rusia, donde el cuadro ajedrezado caería con Francia.

Por su parte, Karim Benzema fue junto con Courtois el hombre decisivo de la Champions de los milagros, esa del Real Madrid de Ancelotti en la temporada 2021-22.

La edición 2023, un homenaje a Sir Bobby Charlton

La entrega del Ballon D’Or 2023 tendrá aires de tristeza, pues el pasado 21 de octubre nos dejó a la edad de 86 años Sir Bobby Charlton. Charlton conquistó el Ballon D’Or en 1966, tras la obtención de la Copa del Mundo, la única de Inglaterra. Igualmente, fue campeón de Europa con el Manchester United en 1968, derrontando en la Final en Wembley al Benfica de Eusébio.

La lista al completo

1956 – Stanley Matthews – Alfredo Di Stéfano – Raymond Kopa

1957 – Alfredo Di Stéfano – Billy Wright – Raymond Kopa

1958 – Raymond Kopa – Helmut Rahn – Just Fontaine

1959 – Alfredo Di Stéfano – Raymond Kopa – John Charles

1960 – Luis Suárez – Ferenc Puskás – Uwe Seeler

1961 – Omar Sívori – Luis Suárez – Johnny Haynes

1962 – Josef Masopust – Eusébio – Karl-Heinz Schnellinger

1963 – Lev Yashin – Gianni Rivera – Jimmy Greaves

1964 – Dennis Law – Luis Suárez – Amancio Amaro

1965 – Eusébio – Jacinto Facchetti – Luis Suárez

1966 – Bobby Charlton – Eusébio – Franz Beckenbauer

1967 – Flórián Albert – Bobby Charlton – Jimmy Johnstone

1968 – George Best – Bobby Charlton – Dragan Dzajic

1969 – Gianni Rivera – Luigi Riva – Gerd Müller

1970 – Gerd Müller – Bobby Moore – Luigi Riva

1971 – Johan Cruyff – Sandro Mazzola – George Best

1972 – Franz Beckenbauer – Gerd Müller / Günter Netzer

1973 – Johan Cruyff – Dino Zoff – Gerd Müller

1974 – Johan Cruyff – Franz Beckenbauer – Kazimierz Deyna

1975 – Oleg Blojín – Franz Beckenbauer – Johan Cruyff

1976 – Franz Beckenbauer – Rob Rensenbrink – Ivo Viktor

1977 – Allan Simonsen – Kevin Keegan – Michel Platini

1978 – Kevin Keegan – Hans Krankl – Rob Rensenbrink

1979 – Kevin Keegan – Karl-Heinz Rummenigge – Ruud Krol

1980 – Karl-Heinz Rummenigge – Bernd Schuster – Michel Platini

1981 – Karl-Heinz Rummenigge – Paul Breitner – Bernd Schuster

1982 – Paolo Rossi – Alain Giresse – Zbigniew Boniek

1983 – Michel Platini – Kenny Dalglish – Allan Simonsen

1984 – Michel Platini – Jean Tigana – Preben Elkjaer

1985 – Michel Platini – Preben Elkjaer – Bernd Schuster

1986 – Igor Belánov – Gary Lineker – Emilio Butragueño

1987 – Ruud Gullit – Paulo Futre – Emilio Butragueño

1988 – Marco Van Basten – Ruud Gullit – Frank Rikjaard

1989 – Marco Van Basten – Franco Baresi – Frank Rijkaard

1990 – Lothar Matthäus – Salvatore Schillaci – Andreas Brehme

1991 – Jean-Pierre Papin – Dejan Savicevic / Darko Pancev / Lothar Matthäus

1992 – Marco Van Basten – Hristo Stoichkov – Dennis Bergkamp

1993 – Roberto Baggio – Dennis Bergkamp – Éric Cantona

1994 – Hristo Stoichkov – Roberto Baggio – Paolo Maldini

1995 – George Weah – Jürgen Klinsmann – Jari Litmanen

1996 – Matthias Sammer – Ronaldo Nazário – Allan Shearer

1997 – Ronaldo Nazário – Pedrag Mijatovic – Zinedine Zidane

1998 – Zinedine Zidane – Davor Suker – Ronaldo Nazário

1999 – Rivaldo – David Beckham – Andriy Shevchenko

2000 – Luis Figo – Zinedine Zidane – Andriy Shevchenko

2001 – Michael Owen – Raúl – Oliver Kahn

2002 – Ronaldo Nazário – Roberto Carlos – Oliver Kahn

2003 – Pavel Nedved – Thierry Henry – Paolo Maldini

2004 – Andriy Shevchenko – Deco – Ronaldinho

2005 – Ronaldinho – Frank Lampard – Steven Gerrard

2006 – Fabio Cannavaro – Gianluigi Buffon – Thierry Henry

2007 – Kaká – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi

2008 – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi – Fernando Torres

2009 – Lionel Messi – Cristiano Ronaldo – Xavi Hernández

2010 – Lionel Messi – Andrés Iniesta – Xavi Hernández

2011 – Lionel Messi – Cristiano Ronaldo – Xavi Hernández

2012 – Lionel Messi – Cristiano Ronaldo – Andrés Iniesta

2013 – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi – Franck Ribéry

2014 – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi – Manuel Neuer

2015 – Lionel Messi – Cristiano Ronaldo – Neymar

2016 – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi – Antoine Griezmann

2017 – Cristiano Ronaldo – Lionel Messi – Neymar

2018 – Luka Modric – Cristiano Ronaldo – Antoine Griezmann

2019 – Lionel Messi – Virgil Van Dijk – Cristiano Ronaldo

2020 – Desierto

2021 – Lionel Messi – Robert Lewandowski – Jorginho

2022 – Karim Benzema – Sadio Mané – Kevin De Bruyne


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