El año sabático que permitió al Manchester City conquistar la Liga de Campeones
El 10 de junio de 2023, el Manchester City logró un triplete histórico al derrotar al Inter de Milán en la final de la Liga de Campeones. Pero ¿qué hizo que el City se convirtiera en el gigante que es hoy?
El primer – y hasta ahora único – equipo inglés en ganar el triplete fue el Manchester United en 1999. Sin embargo, su éxito no respondió a una lógica preestablecida. Tras una temporada sin obtener títulos, el United combinó suerte, el célebre «Fergie Time» y decisivos saques de esquina para protagonizar una de las remontadas más impactantes en la historia del deporte.
El éxito del City nunca se ha sentido de la misma manera. Hablamos de un equipo que ha ganado cinco de los últimos seis títulos de la Premier League y seis copas (dos FA Cups y cuatro Copas de la Liga) en ese mismo periodo. Llegaron a la final de la Liga de Campeones en 2020/21 como claros favoritos, pero la perdieron frente al Chelsea. Han dominado el fútbol mundial durante media década.
Y solo ahora han superado ese obstáculo. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Qué ha llevado al City a conseguir este hito histórico? ¿Fue en 2008, cuando el jeque Mansour y su Abu Dhabi United Group tomaron el control del equipo?
¿Se volvió inevitable en mayo de 2012, cuando el City ganó su primer título de la Premier League después de 44 años? ¿O fue a finales de ese mismo año, cuando los antiguos directivos del Barcelona, Ferran Soriano y Txiki Begiristain, se unieron al club con la intención de desarrollarlo? ¿O tal vez fue en el verano de 2016 con la incorporación de Pep Guardiola? ¿O quizás el último verano, cuando el City reforzó sus filas con el impresionante delantero Erling Braut Haaland?
El primer inversor extranjero
Todas las respuestas son acertadas; todas son piezas esenciales del rompecabezas que encajaron en el momento preciso. Sin embargo, podría argumentarse que, aparte de su fundación en 1880, el año más crucial en la historia del Manchester City fue 2007. Ese año marcó un antes y un después, el año de Thaksin Shinawatra.
El empresario tailandés Shinawatra, al que los aficionados locales apodaron «Frank» en alusión a Sinatra — nótese el juego de palabras —, se trasladó a Londres huyendo de una situación adversa en su país. Había sido el primer ministro de Tailandia, pero un golpe militar en septiembre de 2006 lo derrocó y fue forzado al exilio bajo amenaza de encarcelamiento.
Shinawatra, aficionado al fútbol, había intentado adquirir el Fulham y el Liverpool en años anteriores, pero ambos intentos no prosperaron. Tras establecerse en Inglaterra y sin responsabilidades diarias en el gobierno tailandés, adquirió el City por 81,6 millones de libras, prometiendo un futuro más brillante. Sin embargo, en ese momento tenía activos congelados en Tailandia valorados en unos 830 millones de libras.
El City, que contaba con una estabilidad financiera gracias a una gestión prudente de sus propietarios anteriores, había ascendido de la League One en 1998/99 a la Premier League en 2002/03. No obstante, se mantenía principalmente en la parte media-baja de la clasificación, luchando por permanecer en la liga sin grandes aspiraciones de mejoría. De hecho, ni siquiera tenía una sala de trofeos. ¿Realmente era necesaria?
El año sabático
Con Shinawatra ahora al mando, todo parecía marchar bien al principio. El exseleccionador de Inglaterra, Sven-Göran Eriksson, fue nombrado entrenador y su nombramiento fue bien recibido. Los aficionados lo adoraban y confiaban en que Shinawatra llevaría al equipo por el buen camino.
El City también se mostró muy activo en el mercado de fichajes, invirtiendo cerca de 50 millones de libras en ocho jugadores: Martin Petrov, Gelson Fernandes, Vedran Corluka, Rolando Bianchi, Valeri Bojinov, Javier Garrido, Geovanni y Elano. A estos se sumaron Felipe Caicedo y Benjani en enero.
El internacional brasileño Elano, procedente del Shakhtar Donetsk, se erigió como la estrella del equipo. Por otro lado, su compatriota Geovanni captó la atención al anotar el gol de la victoria frente al United el 19 de agosto. Tras tres partidos, el City sumaba nueve puntos, frente a los dos del United. No obstante, mientras que el United acabó conquistando la Premier League y la Liga de Campeones esa temporada, el City empezó a atravesar dificultades muy pronto.
Permaneció en los primeros cuatro puestos hasta diciembre, pero en la segunda mitad de la temporada solo cosechó cuatro victorias en sus últimos 17 encuentros. El ambiente en el vestuario era tenso y la temporada culminó con una abultada derrota ante el Middlesbrough. El Boro anotó en los minutos 16, 37, 58, 60, 70, 80, 85 y 90, estableciendo un marcador de 8-1. Esto marcó el final de la era Eriksson.
El segundo inversor extranjero
A pesar de invertir cerca de 19 millones de libras en Jô, un delantero brasileño procedente del CSKA Moscú, se rumoreaba que el City rozaba el colapso financiero en el verano de 2008. Ese año, Shaun Wright-Phillips, Tal Ben Haim, Pablo Zabaleta y Vincent Kompany se incorporaron al equipo. Sin embargo, Kompany pronto descubrió que en el centro de entrenamiento no tenían café y que el baño del vestuario carecía de puerta.
Shinawatra atravesaba problemas personales en aquel momento, pero su deseo era mantener a flote sus aspiraciones con el City. Al principio, intentó vender participaciones minoritarias para obtener fondos. No obstante, ningún inversor parecía dispuesto a colaborar con el polémico empresario, por lo que finalmente decidió vender el club.
Durante el verano, el Abu Dhabi Group evaluó distintos clubes. Sin embargo, preferían iniciar un proyecto antes que unirse a un club ya consolidado, como el Arsenal, Liverpool o Manchester United. Mantuvieron conversaciones con el Everton y el Newcastle United, pero, por diversas razones, no concretaron ningún acuerdo. En este contexto, la situación del City les resultó perfecta.
Al final, la delicada posición y la obstinación de Shinawatra generaron complicaciones, pero también propiciaron que el Abu Dhabi Group tomara el control del club el 1 de septiembre de 2008. Esa misma noche, la superestrella brasileña Robinho se incorporó al equipo. Poco después, se adquirió una nueva máquina de café y una puerta para el baño. En cuanto a la sala de trofeos, sin duda ahora necesitaban una.