Después de que Fran Garrigós abriera la veda para España, Álvaro Martín y María Pérez han iniciado la ‘marcha’ de España para seguir ampliando el medallero español. Primero ha sido el atleta de Llenara, que se ha colgado la medalla de bronce en los 20 kilómetros marcha con un tiempo de 1h19’11, y después lo ha logrado la granadina, bicampeona del mundo, y que terminó segunda en la categoría femenina con un tiempo de 1h26’19.
Desde Tokio 2020, el marchador español, campeón de Europa en 2022 y del mundo en 2023, había sido capaz de mejorar su marca en casi dos minutos. Un ciclo olímpico de mucho trabajo y que debía terminar dando sus frutos. Tras la cuarta posición en la capital japonesa, Álvaro Martín sabía que está oportunidad de lograr medalla olímpica no podía escaparse.
“La medalla era ahora o nunca porque estos son mis últimos Juegos Olímpicos. Sé que soy muy competitivo y, a lo mejor, entrenando a mi máximo nivel mis aspiraciones pueden ser pelear por un diploma olímpico o ser semifinalista, pero creo que habrá otros compañeros españoles que me ganarán y no me dejarán ir”, comentaba Martín tras colgarse la medalla de bronce.
María Pérez rompía a llorar tras llegar a la meta, consciente de que el sueño de ganar medalla olímpica se había cumplido. Después de muchos peses batallando con las lesiones, y consciente de que no llegaba como en el Mundial de Budapest por la lesión en el sacro que se le detectó en noviembre, logró hacer una carrera muy inteligente e incluso por un momento metió un punto de presión a la china Yang pese a que el objetivo, viendo como iba la asiática, era poder mantener esa segunda plaza.
«Estoy encantada, con mucha alegría. He pasado un infierno y ahora aquí estoy con una plata. Soy la mujer más feliz del mundo, con la plata soy feliz, no necesito el oro. Estoy en una nube. He pasado un año muy difícil, y si en noviembre me hubieran hablado de Juegos Olímpicos me hubiera reído porque no era posible», comentaba María tras la carrera.