Golf y olimpismo, un binomio por desarrollar
El golf no es un deporte único en su especie. Como tal, la singularidad de su historia hace que tenga unos matices no visibles en la mayoría de las demás disciplinas. Si bien no se sabe realmente cuándo surgió, la estimación más avalada es que el golf tuvo sus primeros días en Escocia, en el contexto de la Alta Edad Media. No obstante, existen hallazgos de juegos parecidos, que ya se jugaban en Países Bajos y Francia a partir del siglo XIII.
Más allá de su muy tradición ancestral, el golf tiene un bagaje muy escaso como deporte olímpico. Muy pocas veces ha contabilizado como disciplina oficial en el marco de la competición multideportiva por excelencia, existiendo inclusive diversas controversias sobre si debe hacerlo.
Hoy en día, el golf funge como deporte olímpico
Tras haber sido tomado en cuenta nuevamente para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, el golf volvió a estar presente en Tokio 2020 y será parte de la próxima cita olímpica, misma que se llevará a cabo en París este verano, disputándose en la rama femenina y masculina.
El golf dentro del olimpismo
Dirán algunos que ‘de lo bueno, poco’. Es lo que probablemente se pueda aplicar a un deporte como el golf, que se disputó por primera vez en unos Juegos Olímpicos en la edición de París 1900. La disciplina de los bastones tuvo su última toma de contacto con el olimpismo en San Luis 1904, antes de no volver a figurar durante 112 años.
Para Río de Janeiro 2016, el golf reaparecería en el programa de los Juegos Olímpicos, teniendo como medallista áureo al británico (inglés) Justin Rose, mientras que en la rama femenina, fue la surcoreana Inbee Park la que se hizo con la presea de oro. Por su parte, los estadounidenses Xander Schauffele y Nelly Korda se llevaron la gloria olímpica en Tokio, unos Juegos Olímpicos que debieron disputarse en 2021 a raíz del estallido de la pandemia del coronavirus en 2020.