Isaac Cuenca: de promesa del Barça a vivir la cara amarga del fútbol
Pocos pueden decir que han jugado en el mejor FC Barcelona de la historia, junto a Messi, Iniesta, Xavi y compañía. Uno de esos pocos afortunados es Isaac Cuenca, quien a sus 32 años vive alejado del fútbol profesional. El excanterano azulgrana floreció dentro del equipo de Pep Guardiola, pero más allá de sus méritos como culé, su historia se describe por las dificultades que ha tenido que soportar tras un calvario interminable de lesiones.
“Lo más importante que me ha enseñado el fútbol es que no todo es como quieres. Si crees que eres muy bueno, hay otro mejor. Y si crees que eres buenísimo, quizás te lesiones y nadie te quiere. A mí me ha puesto en lugares que no me esperaba y mírame ahora, retirado con 30 años”, comenta Cuenca en una entrevista en el Diari Ara.
Tras su salida del Barcelona, su carrera fue en claro declive a raíz de sus problemas físicos hasta que en 2020 decidió tirar la toalla. Fue tras su periplo por Japón en las filas del Vegalta Sendai. “Solo podía entrenarme una vez por semana y después de los partidos se me ponía la pierna como una pelota. No me recuperaba bien y el médico me animó a que probara una última intervención porque no tenía cartílago y la tibia y el fémur chocaban mucho. Necesitaba dos trasplantes y volví al quirófano, pero no funcionó, así que dejé el fútbol”.
“Físicamente, estaba en Japón, pero sentimentalmente en Catalunya. Aprendí de bolsa, durante un tiempo invertí y me fue bastante bien. ¡Me leía unos ladrillos que tela marinera!”, agrega Cuenca, que afirma que dejar el fútbol fue una liberación.
“Sé que ahora está de moda lo del coaching y tal, pero no lo he necesitado porque retirarme ha sido liberador. Después de la última intervención, la rodilla me dolía tanto que dejarlo correr me alivió. Claro que echo de menos el fútbol, pero el dolor físico era tan enorme que decidí que ya era suficiente. Quería tener una vida normal”.
Cuenca explica que “si te aferras a algo, puede acabar destruyéndote”. Eso es precisamente lo que le ocurrió con el fútbol. Si me hubiera retirado año y medio antes, no habría sufrido tanto. Me he aferrado al fútbol y he acabado petando. No podría competir ni en la Kings League. Ahora he renacido”.
También relata cómo fue jugar en el Barça junto a grandes estrellas. “Venía del Sabadell e intentaba disfrutar del césped bien cortado, de los desplazamientos, de los estadios… Pero en el fondo estaba descolocado. Con el tiempo les he entendido porqué aquel equipo tenía mucha presión. Venía de ganarlo todo. Sí que alguna vez flipaba con algunas cosas, pero, ostras, es que eran los mejores del mundo. Leo Messi], Xavi, Andrés Iniesta, Víctor Valdés… ¡Cómo tiraban del carro! Eran una pasada”.
Él ha vivido algo único siendo parte del Barça de Guardiola, pero también le tocó vivir la cara amarga del fútbol.