Cuándo España se metió en los Juegos Olímpicos tras superar el Preolímpico ante Bahamas, estaba más que claro y asumido que los de Sergio Scariolo lo iban a tener muy complicado en París, ya no por ganar medalla, sino para clasificarse para estar en cuartos de final. Un grupo con Australia que cuenta con 8 jugadores de la NBA, Canadá que tiene hasta 10 hombres de la mejor liga del mundo en sus filas y Grecia con Antetokoumpo y varias estrellas de la Euroliga, iban a ser el primer obstáculo de ‘La Familia’.
Pero si algo ha quedado claro desde hace más de una década, es que absolutamente nadie puede dudar de la selección española de baloncesto por mucho que el nivel de la plantilla no sea el mismo que hace unos años. Porque el proyecto vuelve a ser ilusionante para un equipo que, lejos de la realidad y de asumir que no está entre las favoritas, tiene un siempre aquel punto extra de experiencia y talento competitivo inigualable.
La victoria ante Grecia, clave para poder seguir soñando con ganar medalla en París tras la derrota en la primera jornada ante Australia y antes del duelo final contra Canadá, deja a España en una situación de calculadora para pasar a la siguiente fase.
España llegará al duelo ante Canadá con 1 victoria y una derrota, y con un balance de -5 en el basket average. Con una victoria, los de Scariolo estarían en la siguiente ronda, se meterían entre los ocho mejores equipos del torneo olímpico, e incluso lo podrían hacer como primera en función del resultado del partido entre Grecia y Australia.
Pero en caso de perder, los de Scariolo solo podría acceder a cuartos como una de las dos mejores terceras clasificadas independientemente del resultado del otro partido del grupo. Incluso, también podría quedar cuarta y eliminada en caso de un triple empate en el grupo A, si Grecia fuera capaz de superar a la selección australiana.
