El culebrón de Carlos Sainz duró varios meses, pero antes de irse de vacaciones llegó la noticia más deseada. El piloto madrileño anunció su fichaje por la escudería Williams para las próximas dos temporadas “y más allá”, según difundió a través de las redes sociales, una decisión muy meditada y que para algunos no termina de convencer.
Mirando los fríos números, Sainz recalará en uno de los peores equipos de 2024. Williams ocupa el penúltimo lugar en la clasificación de constructores con solo cuatro puntos, por lo que resulta evidente que el cambio es un salto hacia atrás en la carrera del español al dejar una Ferrari que marcha tercera esta temporada.
Los datos también indican que Williams, a pesar de su pedigrí competitivo y de ser la segunda escudería más laureada de la F1 (posee nueve títulos de constructores y siete de pilotos), no gana una carrera desde 2012, cuando el venezolano Pastor Maldonado obró un milagro en Barcelona.
Además, añadirán que sus instalaciones en Grove están muy desactualizadas en comparación con la competencia, lo que afectó a la creación del monoplaza actual. No obstante, no todo es negativo en Williams, especialmente tras la llegada de James Vowles como nuevo jefe en 2023 después de 13 años en Mercedes.
Su llegada supuso una auténtica revolución en la firma británica. El inglés ha ido sentando las bases para devolver a la gloria esta histórica escudería y ha sido determinante en la contratación de Carlos Sainz. Vowles ha puesto orden en Williams y ha hecho limpieza, tanto a nivel organizativo como a nivel directivo, para regresar a la cima.
La escudería fue vendida en 2020 a Dorliton Capital, un fondo americano que ha inyectado mucho dinero para dicha misión y están comprometidos a seguirlo haciendo para alcanzar la gloria. Con ellos se firmó desde Alpine al experimentado Pat Fry como director técnico, y junto a él llegaron otros 30 ingenieros para darle a la firma una nueva dimensión.
Los brotes verdes que ha visto Sainz no solo son a nivel organizativo. Vowles detectó a principios de temporada que el coche actual tenía sobrepeso que les hacía perder medio segundo por vuelta, algo fácilmente solucionable y que proporcionará un salto cualitativo inmediato la próxima temporada.
Williams cuenta -y contará- con motores Mercedes, también en 2026, una garantía de cara a la entrada de una nueva normativa que agitará la parrilla. Eso ha sido importante para Sainz, aunque más la insistencia, perseverancia y mimo de Vowles para intentar captarlo.
El jefe de los de Grove viene manifestando su admiración por el español desde hace tiempo y su contratación supone una victoria personal que refuerza todo su proyecto. “Conectamos porque (los Sainz) tienen valores familiares que son muy similares a los míos, que son la honestidad, el rendimiento en la pista sin política, y se trata de cómo hacer el mejor trabajo posible con lo que tienes. Eso encajó mucho entre ambas partes”, deslizó el inglés, que se reunió con Carlos y su padre en Abu Dhabi 2023.
Vowles quería un piloto ‘top’ y ya lo tiene. Pretende que Sainz les guíe hacia la victoria y colocarlo en el centro de su proyecto, algo que nunca había podido experimentar el español. “Prefiero que él y el mundo sepan que es un deportista increíble y que sé que trabajaremos bien juntos”, expuso.
Por todo ello, Sainz decidió rechazar las propuestas de Audi y Alpine para formar parte de la familia de Williams, como ya hicieron Nelson Piquet, Nigel Mansell, Alain Prost o el malogrado Ayrton Senna.
