La Roja, como la Brasil de 2002
La selección española hizo historia en la Eurocopa 2024. Por un lado, consiguió levantar su cuarto título, lo que la convierte en la Reina de Europa al ser el equipo con más europeos por encima de Francia e Italia, que poseen tres cada uno. Por el otro, está la manera en cómo lo logró, ganando absolutamente todos los partidos sin necesidad de disputar ni una sola tanda de penaltis para desempatar.
Este es un hito único en las Eurocopas y casi en los grandes torneos, dado que sólo la Brasil de 2002 figuraba como el único equipo en levantar un gran título contando sus partidos por victorias. Lo hizo con Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho y compañía en el Mundial de Corea del Sur y Japón.
En aquel entonces, la ‘canarinha’ poseía una calidad inmensa que se puso de relieve en esa Copa del Mundo. Pese a llegar con dificultades tras una tortuosa clasificación, una vez se abrió el ‘fuego’ real, no tuvo competidor.
Brasil superó la fase de grupos con facilidad ganando 2-1 a Turquía, 4-0 a China y 2-5 a Costa Rica. La racha triunfal continuó en las eliminatorias, con 2-0 a Bélgica, 1-2 a Inglaterra y 1-0 a Turquía en semifinales. Alemania tampoco logró frenar a los de Felipe Scolari, que levantaron el quinto Mundial de su historia venciendo por 0-2.
Hasta este 2024, Brasil se había mantenido como la única selección al ganar un gran título consiguiendo todas las victorias posibles, algo que igualó España este domingo al superar a Inglaterra en la final.
La Roja pasó la fase de grupos de forma inmaculada, ganando por 3-0 a Croacia, 1-0 a Italia y 0-1 a Albania. En ese momento ya era la única selección en contar sus partidos por victorias. Pero la racha de España no terminó allí.
Se apuntó un 4-1 contra Georgia en octavos, un 2-1 contra la anfitriona Alemania y otro 2-1 frente a Francia en semifinales. En la final, los goles de Nico Williams y Mikel Oyarzabal pusieron el 2-1 definitivo y dieron la cuarta Eurocopa a una inmaculada España.
Así pues, la Brasil de 2002 y la España de 2024 compartirán el honor de haber levantado un gran título ganando todos sus partidos.