La guerra civil en Red Bull no frena a Verstappen
Red Bull ganó holgadamente el Mundial de 2023 imponiéndose en 21 de las 22 carreras disputadas. Carlos Sainz impidió el pleno absoluto de la escudería de Milton Keynes en los domingos ganando la prueba en Singapur, pero este 2024 la tendencia parece ser la misma en la Fórmula 1.
A pesar de los esfuerzos de los demás fabricantes este invierno para acortar la brecha con Red Bull, el conjunto de las bebidas energéticas parece estar muy por encima del resto, con un Max Verstappen intratable y líder destacado tras dos carreras disputadas.
Los líos que atraviesa Red Bull a nivel interno no parecen trasladarse a la pista. Tanto en Bahréin como en Arabia Saudí, Verstappen ganó por delante de su compañero de equipo, Sergio Checo Pérez, unos resultados inmejorables y que hablan maravillas del RB20, la última creación de Adrian Newey.
¿Qué sucede en Red Bull?
El inicio de año de la escudería de Milton Keynes ha sido de lo más revuelto a raíz del caso Horner, donde el jefe del equipo, Christian Horner, se habría excedido en sus formas con una trabajadora. El informe interno de Red Bull concluyó a favor del británico y con la suspensión de la empleada, sin embargo el conflicto dio paso a una guerra civil interna.
Desde el fallecimiento de Dietrich Mateschitz se ha venido cuestionando la figura de Helmut Marko, quien actúa como asesor deportivo desde los inicios del equipo. El austríaco acostumbra a no tener filtro en sus declaraciones y la lucha de poder con Horner parece haber tomado una nueva dimensión a raíz del escándalo que salpicó al británico.
Las declaraciones de Jos Verstappen, padre de Max, contra Horner (“creo que está causando problemas si se queda”) y la posterior ratificación de su hijo (“mi padre no es un mentiroso”) echaron leña al fuego, más cuando se apuntó a Marko como filtrador del caso Horner.
Los Verstappen se han alineado siempre con Marko y las palabras de Jos recrudecieron la guerra interna en Red Bull. Este fin de semana en Arabia Saudí, el CEO de la compañía de las bebidas energéticas, Oliver Mintzlaff, se reunió con Marko para hablar del tema y se llegó a un acuerdo para su continuidad.
A Mintzlaff no le seducen las maneras de Marko, tajante y sin pelos en la lengua, sin embargo su figura parece libre de pecado en el tema con Horner. Al británico le respaldan los accionistas tailandeses de Red Bull, quienes ostentan el 51% de la compañía, pero parece en una posición débil dentro del equipo.
Todo este lío no está afectando a los resultados, pero sí alimentan los rumores sobre una hipotética marcha de Max Verstappen en dirección a Mercedes.
