Leclerc rompe su maldición en Mónaco
Volvieron las alternativas en el Mundial de Fórmula 1 y por tercera vez esta temporada la victoria no fue parar a los bolsillos de Max Verstappen. En el mítico trazado de Mónaco, fue Charles Leclerc el gran triunfador al conseguir romper el maleficio en el GP de su casa y apuntarse la primera victoria de un monegasco en las calles de Montecarlo.
Mónaco es un circuito especial y con la particularidad de que es casi más importante lo que sucede el sábado en la qualy que la carrera del domingo. Los adelantamientos son algo prácticamente imposible en este trazado, así que la posición de salida cobra aún más relevancia.
Con una Red Bull anormalmente débil en Mónaco, la Pole fue a parar a manos de Charles Leclerc, que superó por milésimas a Oscar Piastri y a Carlos Sainz. Ese fue el orden de la parrilla… y el del podio final después de una carrera marcada por el fuerte accidente de Checo Pérez y Kevin Magnusen nada más tomar la salida.
Leclerc arrancó como un tiro y se libró del desaguisado que sucedió en la cola del pelotón. Sainz intentó el adelantamiento con Piastri, pero se tocaron y acabó pinchando un neumático. Por suerte, el accidente provocó una bandera roja que reinició todo y privó de emoción a los espectadores.
Todos cambiaron de neumáticos y las estrategias quedaron anuladas. No hacía falta parar más a boxes y tras una nueva salida todo quedó igual en cuanto a las primeras posiciones. Piastri y Sainz acompañaron a Leclerc en el podio, un gran resultado para Ferrari y McLaren, que colocó a Norris en cuarto lugar.
George Russell fue quinto, mientras que Verstappen terminó en un modesto sexto lugar, su peor resultado desde Singapur del año pasado.
Nunca antes un monegasco había ganado la carrera de casa hasta la victoria de Leclerc, quien celebró el triunfo por todo lo alto tirándose a las aguas del puerto de Montecarlo junto al director de Ferrari, Fred Vasseur.
