Rafael Nadal volvió a caer lesionado en una temporada 2024 que está siendo aciaga para el mallorquín. | Fuente: Imago.
Rafael Nadal volvió a caer lesionado en una temporada 2024 que está siendo aciaga para el mallorquín. | Fuente: Imago.

Rafael Nadal se perderá el Masters 1000 de Montecarlo

Otros deportes Héctor Alcaraz abril 5, 2024

Rafael Nadal no competirá en el Masters 1000 de Montecarlo. Víctima de sus dolencias, el mallorquín ha anunciado que no será parte del torneo que abre oficialmente la gira europea de tierra batida. El tenista de 38 años ha transitado en el último año y medio por el vía crucis de las lesiones, que no le han dejado competir con la regularidad que desearía y la sensación es que la paciencia se va agotando.

Ya la temporada anterior, el de Manacor tuvo que ausentarse de Doha, Indian Wells, Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roma, por culpa de una lesión en el psoas ilíaco, algo desmoralizador para un tenista que nos ha maravillado en la élite durante gran parte de este siglo. Lo cierto es que el tiempo no pasa en vano, y tantos años de competición al máximo nivel cobran factura.

En el comienzo de este curso 2024, Nadal no pudo sostenerse ni siquiera un torneo antes de romperse. Fue en el ATP 250 de Brisbane ante el australiano Jordan Thompson, cuando el cuerpo del mallorquín dijo basta durante el primer duelo de exigencia a tres sets. Ahora, Nadal vuelve a hacer oficial que no podrá competir.

“Están siendo tiempos difíciles para mí deportivamente hablando. Desgraciadamente os comunico que no voy a jugar en Montecarlo. Simplemente mi cuerpo no me deja. Y aunque sigo trabajando y esforzándome al máximo cada día con la ilusión de poder competir en torneos que han sido muy importantes para mí, la realidad es que a día de hoy no puedo”, expresó a través de sus redes sociales.

Más allá de su particular calvario con las lesiones, a Rafael Nadal aún le mueve su ilusión por jugar un último Roland Garros. Ha ganado catorce y no se quiere despedir sin intentar el decimoquinto, o al menos decir que experimentó una última vez las sensaciones de la tierra batida del Philippe Chatrier, una de las catedrales máximas del tenis, que tantas veces lo viera consagrarse.

 


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